El Aprendizaje Cooperativo (AC) como medio para la Inclusión

Cuántas veces hemos escuchado hablar de Inclusión y siempre, haciendo referencia a situaciones que presentan graves problemas y consecuencias en etapas superiores de la educación.

¿Pero qué pasaría si comenzáramos a trabajar sobre este término en el mismo momento en el que surge la curiosidad del niño por otros iguales?

En la escuela hemos vivido varios casos de Inclusión con alumnos de tan sólo 2 años de edad.

En uno de ellos, la alumna lloraba con extremada facilidad. Ésto llamó la atención de sus compañeros, que comenzaron a provocar el llanto de su compañera a de forma intencionada. Nuestra reacción, a esta conducta global del aula, fue la de asignar un rol a esta niña. Sería la encargada de recoger los vasos de agua.

Una de los aspectos más importantes del AC consiste en que los alumnos han de celebrar juntos el éxito. De esta forma, cada vez que la compañera concluía su tarea, recibía aplausos y abrazos de sus compañeros. El beneficio fue doble…la alumna se sentía feliz y su autoestima se vió significativamente reforzada. Por otro lado, la visión de los compañeros sobre esta alumna se vió modificada. La llegada al aula de la pequeña se había convertido en un momento de fiesta. Todos se acercaban y la abrazaban…la hacían sentir importante.

Otro hecho muy significativo es el caso de una alumna que vive una situación de sobreprotección importante. Esto se ve reflejado en su comportamiento, mostrando signos evidentes de inseguridad, falta de autonomía y dependencia.


Ante esta situación decidimos poner en marcha la «Tutoría entre Iguales». El primer paso fue buscar un buen tutor. Un niño de dos años con unas habilidades sociales caracterizadas por la empatía. Utilizando como recurso los juegos de rol, le propusimos la tarea de cuidar de su compañera. Enseguida se puso «manos a la obra», pero su conducta era de dominio sobre ella,así que desarrollamos un plan que desarrollase las conductas prosociales «hablar amablemente y preguntar antes de hacer». Tras un breve tiempo de aprendizaje de su rol y las conductas adecuadas, podemos decir que este pequeñín ha logrado llegar más lejos con esta niña que sus propias profesoras. Por ejemplo, cuando realizamos actividades  de música y movimiento, esta niña se aleja del grupo y se niega a participar, asumiendo únicamente una actitud observadora. Cuando su compañero tutor, se le acerca, le pregunta si le da la mano y la incluye en la actividad, la niña asiste sin resistirse, aunque no logre participar activamente. Pero hoy nos hemos llevado una gran alegría.

La acitividad consistía en pegar gomets sobre una imagen. Cuando la profesora fue a darle la pegatina, la niña escondió la mano y agachó la cabeza.  Sin embargo, cuando su tutor la invitó a participar, ésta no sólo lo hizo de buen grado, sino que por primera vez, se entabló un diálogo entre ambos sobre el lugar en el que debían colocar la pegatina.

El AC como medio para la inclusión. Increíble!!!!!!!


3 respuestas a “El Aprendizaje Cooperativo (AC) como medio para la Inclusión

  1. ¡Una nueva humanidad es posible! ¡Ojalá estos modelos puedan servir para animar a tantos docentes! Niños que tutorizan niños pero poniéndose a su mismo nivel; adultos que podemos aprender de ellos y así construir relaciones de confianza… ¡BRAVO!

    Me gusta

  2. Mis años me permiten recordar que este poema era muy popular entre los estudiantes. Lo que me parece que justifica todo ese trabajo que has realizado son dos aspectos: Uno, la inclusión de los alumnos, que aporta a la enseñanza un aspecto práctico que fija mucho más los conocimientos. Dos, consecuencia del anterior, la extensión de la experiencia a las familias
    .

    Me gusta

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.